La Gnosis y el Maestro Samael Aun Weor, han hecho que vuelva el brillo a mi vida.
Como muchos, desde la infancia he añorado
una lucidez especial en la vida, he buscado por diferentes caminos,
encontrando libros, gente y sobre todo, refugiándome dentro de mi
corazón. Desde niño siempre la conexión con el bosque, con las montañas,
con la naturaleza me pareció algo mágico y a la vez necesario. Tuve la
suerte de vivir en un pequeño pueblo de Valencia, España, tengo
recuerdos de muy pequeño, en los cuales me llamaban mucho la atención
los colores, su brillantez, me atraían mucho los árboles, y las
caminatas, con un sentido de autodescubrimiento, de reflexión, de
investigación, de saber, de misterio. Fechas como la de Pascua y
Navidad, para mi eran como un encuentro conmigo mismo.
Muchas veces, sentía una alegría interior
en ciertos lugares, con mis hermanos, con mi familia, era algo que me
llenaba, me hacia sentir vivo, lleno de confianza y optimismo, alegre,
por eso mi familia, mis padres y mi abuela, me decían que siempre me
sonreía. Era un sentimiento de unión con todo. Era feliz.